El mal olor corporal y sudoración son efectos normales de todo cuerpo humano cuando este se enfrenta a determinadas condiciones. Desde altas temperaturas hasta una mayor actividad física o el solo recorrido del día a día.
Sin embargo, cuando la sudoración empieza a ser mayor de lo normal, comienza a tener repercusiones en la vida y autoestima de las personas, dispara inseguridades e incomodidades que aun cuando se usa diversos desodorantes no es controlable, este tipo de situación se denomina sudoración excesiva o hiperhidrosis.
Muchas son las causas que se pueden encontrar en la sudoración excesiva, pero, ¿sabes diferenciarla de un golpe de calor?. Te explicamos cómo reconocer los síntomas que se presentan en cada situación y buscar la resolución más adecuada para las incomodidades que se generan.
¿Qué es un golpe de calor?
Un golpe de calor es un trastorno ocasionado como consecuencia del exceso de temperatura en el cuerpo. Esto puede pasar por distintas razones, pero las más frecuentes son la exposición prolongada a altas temperaturas, el esfuerzo físico en días y contextos muy acalorados o el cambio repentino de espacio entre uno climatizado y uno con temperatura alta.
Al hacer referencia al golpe de calor, estamos hablando en realidad de la forma más grave de lesión por calor que el cuerpo puede sufrir y sucede en los casos en los que la temperatura del cuerpo supera los 38 °C. Es algo muy usual en verano, sea por exposición o por cambios repentinos de temperatura en el ambiente. También lo conocemos como insolación.
Cuando sucede un golpe de calor, es imprescindible acudir urgencias médicas. Al subestimar esta condición y tratarla adecuadamente, puede acabar ocasionando daños en el cerebro, riñones, músculos y corazón. Además, mientras más se retrase el tratamiento, mayor puede ser el riesgo de sufrir complicaciones de gravedad.
¿Cómo reconocer un golpe de calor?
Para poder reconocer un golpe de calor, es importante estar familiarizado con los síntomas de este. Si bien pueden variar según el caso, los más comunes son:
- Temperatura corporal muy alta (arriba de los 38 °C)
- Exceso de sudoración.
- Modificaciones en la sudoración, sin exceso, pero sí con piel caliente y seca al tacto o piel que se siente ligeramente húmeda.
- Agitación y respiración más rápida de lo normal.
- Náuseas o vómitos.
- Alteración en el comportamiento o en el estado mental con confusiones, irritabilidad, dificultad para hablar y convulsiones.
- Dolor de cabeza con palpitaciones.
- Ritmo cardíaco acelerado.
- Enrojecimiento injustificado de la piel.
En caso de que alguna de las cosas mencionadas con anterioridad suceda, y en lo que llega la ayuda médica, es importante llevar a la persona a la sombra o a un ambiente cerrado, fresco. Al mismo tiempo, quitar el exceso de ropa.
Hablemos de la sudoración excesiva
Como hemos visto, si bien es cierto que en algunos casos el golpe de calor puede estar acompañado por sudoración excesiva, lo cierto es que la sudoración tiende a manifestarse de una manera diferente, especialmente con piel seca. Por eso, no se puede relacionar directamente el golpe de calor con la sudoración excesiva.
Cuando hablamos de sudoración excesiva o hiperhidrosis, estamos haciendo referencia, a un tipo de sudoración que excede los parámetros normales y que no está relacionada necesariamente con la actividad física o con las altas temperaturas. Sin embargo, también puede manifestarse como una cantidad exagerada de sudor en estas instancias, manchando la ropa y destacando los malos olores.
¿Cómo se trata la sudoración excesiva?
Hoy, existen distintos tratamientos a tener en cuenta y que pueden ser de gran utilidad para tratarlo, dependiendo de las particularidades de cada persona.
Para empezar, todo tratamiento contra la sudoración excesiva o contra la hiperhidrosis suele contar con la receta de un antitranspirante para sudoración excesiva útil para el tipo de piel y condición del solicitante.
En casos extremos en los que estos procedimientos cosméticos no hagan efecto, se puede llegar a recomendar una cirugía que está orientada a la extracción de las glándulas sudoríparas o a la desconexión de los nervios que son los responsables de la producción en exceso de sudor. Pero se requiere una indicación médica estricta, que autorice la intervención quirúrgica.
Hay que tener en cuenta que no existe un justificante médico, para la hiperhidrosis, aunque esta sí puede estar relacionada, como síntoma, de otras enfermedades. Por eso, siempre se recomienda acudir al doctor para poder descartar causas más graves de la sudoración en exceso y, luego, dar continuidad al tratamiento para ello.
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